El nuevo capítulo cronológico abierto en La Gran Amaya impregnado del espíritu de La Reconquista va a remarcar la frontera cardinal del nuevo esquema: Peña Amaya Fasta el Mar. Faltaban aún dos siglos hasta que, para siempre y después de tan milenaria ocupación continuada, se traslade la Sede Episcopal de La Peña a Los Llanos. Brotan, al mismo tiempo, dos entidades definidas y con inevaporables esencias heredadas de las culturas que nos dejaron su saber esparcido por esta selva natural del interior asentada a gran desnivel del mar y, al abrir un paréntesis administrativo sobre dos realidades de idéntico color paisajístico y con personalidad propia, encajonadas entre oriente y poniente surgiendo, desde el sur al norte topográfico, el dibujo de un mapa perfilado en la espesura arbórea que empieza a puntearse delineando la Gran Montaña con la flecha señalando las calzadas y collados hasta alcanzar las zigzagueantes orillas marinas adornadas de playas de arena fina, abruptos acantilados y pacíficas desembocaduras para, antes de verter sus aguas en tan bronco y turbulento mar, bautizar la inédita singularidad de la demarcación geográfica. En el trance, uno por uno, se suceden personajes avalados por los Condes de Castilla y, con el visto bueno de las emparentadas coronas, cobra singular protagonismo el Conde Gundesindo que, además de otros protagonistas de la época, tendrá mucho que decir en el devenir del recién estrenado y definitivo curso trazando las líneas maestras en las que, con sus muchas luces y no pocas sombras, se inspira ‘nuestro vivir de hoy en día’, al conde, enterrado en el desaparecido Monasterio de Fístoles, en Sarón, hay que mencionarlo como un significado eslabón genealógico de la nobleza imperante durante el Medievo y, junto con sus descendientes, vinculado directa o indirectamente con el devenir ulterior de los Grandes Señores de Las Asturias de Santillana. - Doña Menina, hija del Conde Gundesindo, se casa con el Duque de Cantabria. Son padres del Conde de Castilla, Rodrigo Froilaz, que en el 860, bajo la protección del Rey de Asturias, Ordoño I, repuebla Amaya. - Doña Nuña, nieta del Conde Gundesindo; se casa con el Rey de Asturias, Ordoño I. Donará, de su mano mayor, sales de los pozos de sal de Cuchía a la iglesia ovetense de San Salvador (figura la donación en libro catedralicio). .....................
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